De los diferentes aspectos que es necesario desarrollar para dar cuerpo y vigencia a los títeres en nuestro país, el de los FESTIVALES nacionales e internacionales, es ineludible.
Los festivales tienen las siguientes virtudes:
1. Exigen a los grupos nuevas y mejores producciones;
2. Mantienen activos a los grupos, dado que la mayoría de los eventos (festivales) exige experiencia y ejercicio permanente;
3. Incentivan la innovación, ya que ver nuevas propuestas "contagia";
4. Permiten identificar areas, temas y espacios de capacitación;
5. Acerca a los artistas y permite construir redes.
6. Generan espectativas en la sociedad y activan (o reactivan) la posibilidad de llegar a otros públicos;
7. Habituan al público a reconocer el valor del arte a traves de la remuneración económica;
8. Son atractivos para los potenciales auspiciadores;
9. Eccetera.... varios ecceteras...
De los distintos intentos relizados en nuestro país (FIESTITERES - Sucre, TITIRITAY - Cbba, FESTIÑECOS - La Paz, FESTITIRES - Sta Cruz y otros), el emprendido por Títeres Paralamano y La Pirueta es el de mayor regularidad y persistencia (ocho versiones). Los otros festivales son irregulares o han dejado de existir, ya sea por falta de respaldo económico (privado o estatal) o falencias extremas en su gestión.
Parecieran existir al menos tres exigencias básicas para dar consistencia y sostenibilidad a éstos eventos. Por un lado, la calidad de los espectáculos que "convenzan" al público y los auspiciadores (además que siembren la espectativa para siguientes versiones). Otra condición será el éxito económico (apoyo institucional y asistencia del público con su consiguiente aporte económico). Finalmente (o principalmente), un equipo de gestión comprometido y capacitado.
Cumplidos estos requisitos, un elemento adicional (atractivo para elencos internacionales y conveniente para los organizadores, por sus ventajas sinergicas) es la posibilidad de establecer una red y "temporada anual" de festivales que permitiría contar con calidad y atractividad.
Puestos en la tarea de potenciar el arte milenario en Bolivia, el desafío es el de crear una red de festivales. ¿Podemos emprender esta tarea de manera concertada?